Análisis: Silent Hill Shattered Memories

Aviso: Contiene Spoilers

Hace un momento acabo de terminar un juego de Wii al que le tenía muchas ganas desde que se anunció. Aunque debo confesar que al principio me mostré muy escéptico ante la posibilidad de que Konami simplemente crease un spin-off del montón o quién sabe, un shooter on rails de esos que están de moda a la hora de portar survivals a Wii. Había que probarlo por uno mismo y así ha sido. Este Silent Hill vale la pena por muchas cosas. Está directamente enfocado a los seguidores fieles de la saga que jugaron a los primeros capítulos (especialmente el primero y el tercero) y que se han molestado en ahondar un poco sobre la historia y los significados de su universo. Es el regalo que todo fan merecía tras los irregulares The Room y Homecoming. Pero vayamos por partes, porque a pesar del gran contenido emocional que rebosa este título no se trata de un Silent Hill al uso. Me ha quedado un análisis un poco tocho, así que sin que sirva de precedente, os lo dejo después del salto.

Me llamo Harry Mason

Los que hayáis echado un vistazo al juego pronto os habréis dado cuenta de que comparte historia y escenarios -inevitablemente- con la primera entrega de la saga. A primera vista muchos pueden pensar que se trata de un remake. No es un remake, nisiquiera una revisión, nada que ver, Shattered Memories es un anexo, un delicioso pastel que estira la historia que relaciona primera y tercera parte de una manera exquisita y sentimental. Desde un principio todo nos parecerá familiar.

Desde los protagonistas (un adulto y su hija) hasta el comienzo de la historia con un accidente de coche y un padre desorientado adentrándose en la ciudad, todo recuerda a aquel gran primer episodio, pero a medida que nos vayamos sumergiendo en el argumento nos iremos dando cuenta de que la amable familiaridad del comienzo irá derivando en un mar de confusión, en un malévolo puzzle que pondrá a prueba a los más frikis de esta saga. Comenzarán interrogantes como: ¿Es realmente Harry Mason?, ¿Y Cheryl?, ¿Son los mismos personajes?, ¿Es una nueva película de David Lynch?. El baile de caras familiares que irán apareciendo durante el juego aumentará todavía más el torbellino de dudas que irán surgiendo.

Antes de ponerme con el juego, llegué a leer en foros verdaderas atrocidades. Desde que se trataba de un simple remake a que tenía un argumento totalmente incomprensible y trillado. A lo mejor peco de fanboy con esta saga, pero quién se acabe Shattered Memories y no entienda nada debería hacérselo mirar, o como mínimo rejugar primera y tercera parte para darse cuenta de muchas cosas. Es verdad que hasta el mismísimo final del juego no nos daremos cuenta de la auténtica verdad, pero no por ello el conjunto de hechos anteriores son inconexos o inexplicables, todo lo contrario, respetan magistralmente los pilares fundamentales de la franquicia de Konami, sin incluir desfases que desentonen ni historias paralelas que empañen los primeros juegos. Por esta parte hay que quitarse el sombre, porque a pesar de que como juego incluye muchos cambios, en cuestión de fondo e historia es realmente fiel.

Una nueva propuesta jugable

Son muchas las novedades que diferencian a Shattered Memories de sus predecesores. Muchos pedían un cambio radical en la saga, algo contundente como lo que ocurrió con la cuarta entrega de Resident Evil, pero Silent Hill es otra historia, vaya que si lo es. No es fácil dejar intactos los valores en los que se sostiene y al mismo tiempo incluir cosas que mantengan el interés de todos los fans, ya ocurrió con The Room, donde muchos cambios no cuajaron a pesar de tratarse en líneas generales de un buen juego.

Lógicamente lo primero que va a destacar es el control adaptado a la consola de Nintendo. Era de esperar que Konami utilizase las propiedades del Wiimote para explotar las posibilidades en los puzles o en diversas acciones del personaje. El control de esta versión es sobresaliente. Manejaremos al protagonista con el nunchaku mientras que con el wiimote apuntaremos con la linterna allá a donde queramos mirar. Se trata de un control directo y fácil al que no cuesta nada adaptarse.

A nivel técnico se ha llevado a cabo también un gran trabajo. En mi humilde opinión estamos ante uno de los juegos mas mimados de Wii, quizás no por su acabado gráfico -que no deja de ser bueno- sino porque sigue transmitiendo el miedo psicológico a través de un diseño artístico que ya se ha convertido en marca de la casa. Los modelados de los personajes son mejorables, sobre todo si los comparamos con el espectacular trabajo que vimos en Silent Hill 3, pero no por ello malos. Lo que realmente destaca es el conjunto, sobre todo los escenarios, tanto abiertos como cerrados. Especial atención también al buen uso de la iluminación con la linterna, proyectando sombras muy conseguidas y dando una gran sensación de inquietud.

En el apartado sonoro hay poco que decir. A estas alturas no voy a descubrir que Akira Yamaoka es uno de los mejores compositores del mundillo. Unos posts más abajo hablo de la sensacional banda sonora que acompaña el título, de nuevo y como viene siendo habitual rayando una elevada calidad que sigue diferenciando a Silent Hill de otros survivals. Esto es algo que  ya conocíamos, así que vamos a centrarnos en las novedades.

Jugando con la psicología

Por todos es sabido la capacidad que tienen los Silent Hill para jugar con las emociones y los miedos del jugador. Aquí no hay zombies dopados ni nada por el estilo, simplemente un escenario cochambroso, el sonido de unas interferencias en la radio o el no saber que está sucediendo son elementos que pueden acongojar a más de uno. Esta vez Konami ha querido ir más allá, quiere conocernos aún más y ahondar en nuestras fobias. Al comienzo del juego y a medida que vayamos superando momentos importantes nos encontraremos de repente en la consulta de un psiquiatra que nos irá proponiendo pruebas y tests, cada cual más inquietante y desconcertante.

A simple vista puede parecer una chorrada como un castillo, pero amigos, no sólo es una excusa con el fin de conocernos, sino que tiene un vínculo enorme con el desenlace del juego. No me refiero a que nuestras decisiones influyan en esto -no lo tengo claro todavía- sino que el psiquiatra y el paciente son elementos importantes a los que no les daremos importancia hasta el desenlace. Gran desenlace. Por lo menos yo no me lo esperaba, y si le tienes un poco de cariño a Silent Hill 3 te va a invadir una sensación de nostalgia enorme al finalizar este Shattered Memories.

Las preguntas y los tests tienen un toque totalmente adulto, subido de tono en ocasiones. De nuevo, como en otros episodios, el sexo es uno de los temas a tratar, y serán múltiples las preguntas sobre las relaciones de pareja, el matrimonio, la familia, la culpabilidad o la responsabilidad. Al haberlo acabo sólo una vez desconozco si el test inicial y las posteriores pruebas influyen demasiado en el transcurso del juego. Al finalizarlo aparecerá la pantalla de un ordenador portátil en la que el psiquiatra escribe su análisis, seguramente acorde con lo que nosotros le hemos ido descubriendo. Hasta ahí desconozco si tienen otra finalidad.

Sólo nos queda correr

Otro punto interesante en Shattered Memories es que en ningún momento del juego tendremos ningún arma a nuestra disposición, simplemente no podremos enfrentarnos a nuestros enemigos. Es aquí cuando una vez acabado el juego me planteo una cosa: Si no hubiesen habido enemigos me hubiese dado exactamente igual. De hecho, la justificación de la existencia de estos está basada en darle al juego un toque de tensión, simple y llanamente. Cuando se produce la típica transición entre los mundos, en esta ocasión no nos encontramos con sangre y metales oxidados, sino con un paisaje totalmente congelado. Cuando estemos en esta situación apareceran los enemigos, paupérrimos en variedad y espectacularidad. Tendremos que escapar a través de unos caminos marcados que pueden desembocar en laberintos que tendremos que ir memorizando para llegar hasta el lugar deseado.

Repito, el protagonismo de los enemigos en este Silent Hill es cero. Es algo que queda totalmente justificado con la historia desde mi punto de vista, y tengo mis teorías para defender este aspecto. Igualmente no es donde radica el atractivo de este capítulo, que en mi opinión no está enfocado ni de coña a quien quiera jugar por primera vez un Silent Hill, sino que como repito, es un regalo a los fans acérrimos. ¿Cómo? ¿No hay armas, ni peleas molonas, ni bicharracos enormes de final de fase?. Pues no, te jodes, esto no es un Gears of War, y si no te gusta ahí tienes el Resident Evil 5, ale.

Durante las susodichas persecuciones podremos interactuar con elementos del escenario tanto para entorpecer la marcha de los enemigos como para escondernos. Es una mecánica que recuerda bastante a los Clock Tower. Cuando estén lo suficientemente cerca se abalanzarán sobre nosotros y tendremos que sacudir los controles hacia el lado en el que se han agazapado sobre nosotros. También encontraremos unas bengalas que al activarlas con el botón c harán que los enemigos se alejen de nosotros.

De nuevo vuelvo a incidir en que es una idea que da ese toque de tensión que todo Silent debe tener. Son muchos los cambios, y el no poder equiparnos con armas es uno bastante radical. De hecho no tendremos ni inventario. El objeto en reserva se limiatará a las típicas llaves que vayamos recolectando para abrir puertas. A lo largo de la historia iremos recolectando objetos denominados recuerdos, que aunque a primera vista no influyan en el transcurso del juego, tienen su significado al final.

A ninguna parte sin mi móvil

Otra novedad de Shattered Memories es el uso del móvil, un elemento que va a dar bastante juego. Desde el menú del mismo tendremos acceso a un buen abanico de posibilidades. Podremos recibir mensajes, tanto de texto como de voz. Normalmente, cuando el wiimando vibre y nos acerquemos lo suficiente a un objeto importante del escenario recibiremos un mensaje de texto que da información sobre los hechos acaecidos a su alrededor. Se trata de una manera distinta de ir dando información sobre la historia. Al mismo tiempo también recibiremos llamadas de distintos personajes. Se nos dará la posibilidad de realizarlas a nosotros siempre y cuando tengamos un número. En ocasiones esta es una de las claves para resolver ciertos acertijos.

Otro de los usos interesantes que podremos darle al móvil es el de su cámara de fotos. Podremos fotografiar lo que nos venga en gana y almacenar hasta diez fotos. Se convierte también en un elemento vital de cara a la resolución de algunos enigmas y misterios. No hace falta decir más.

Al contrario de lo que podría parecer al principio, no se trata de una excusa metida con calzador, finalmente, desde mi punto de vista, ha sido todo un acierto que sirve para dar una nueva dimensión jugable a un juego de estas características. Habrán momentos realmente emotivos detrás del uso de este aparato, más que justificados para quedarnos satisfechos con la nueva inclusión.

Puzles y dificultad

Uno de los fallos que a priori le he encontrado al juego es su facilidad. Habrá algún que otro momento en el que tendremos que pensar un poco, pero nunca habrá un puzle demasiado enredado, nisiquiera tendremos que dar vueltas ni rodeos por localizaciones ya visitadas como en los primeros Silent Hill, donde a veces teníamos que estar adelante y atrás buscando objetos, interruptores o llaves. Se ha perdido este aspecto. Ya no tendremos que utilizar objetos en lugares concretos. No acumularemos inventario y no tendremos que devanarnos demasiado los sesos. Es como si de repente Konami hubiese dicho que quiere que esta extensión sea disfrutada por todos. La duración de la misma tampoco es demasiado elevada, dependiendo de si vas a ir a saco o te pararás a disfrutar un poco de los escenarios y a buscar todos los recuerdos, la duración puede oscilar entre las 7 y las 10 horas, más o menos a lo que nos tiene acostumbrado la franquicia.

Es una pena, porque a pesar de tratarse de una experiencia realmente enriquecedora le falta el punto justo de dificultad que lo convierta en un reto. Lo más «complicado» puede ser encontrar las salidas en alguna que otra persecución o saber dar un uso adecuado al wiimote en según que objetos con los que interactuemos del escenario, así como encontrar todos los recuerdos dispersados por el juego. Poco más. Shattered Memories es un paseo, pero a diferencia de otros juegos de esta generación no aburre lo más mínimo ni hace que pierdas el interés, todo lo contrario, te invita a que lo juegues hasta el final. Detrás de cada secuencia que narra la historia hay de nuevo un camino interesante por recorrer, y aunque no sudemos para superarlos, la experiencia de ir ahondando en los recovecos de los personajes de Silent Hill 1 y 3 no tiene precio.

Visceralmente emocional

Silent Hill Shattered Hill tiene carencias que le impedirán subir del ocho en muchas publicaciones, eso seguro. Es verdad que como juego tiene sus limitaciones ya mencionadas, pero detrás suyo hay un análisis más subjetivo de la situación. Vuelvo a hacer hincapié en que no lo valorará igual un fan de la saga a un jugador ocasional. Esto no quiere decir que si no te gusta o nunca has jugado a un Silent no vayas a disfrutar con este, pero lo que si te aseguro es que no vas a tener ni putísima idea de sobre qué va la historia.

Detras de esas carencias, Shattered Memories tiene grandes regalos. Una banda sonora para el recuerdo, muy buen aspecto técnico, momentos muy memorables distintos a lo que hemos visto en los demás Silent, un final inesperado y una historia a la altura de las expectativas. La finalidad es que te sientes, recuerdes aquella hermosa adolescencia que pasaste jugando a los primeros, estés incómodo con el vacío, la oscuridad y los miedos y como siempre, que saques tus propias conclusiones sobre la historia.

El mejor regalo que Konami podía haber hecho a los fans para estas navidades, así como el broche final a la carrera de Akira Yamaoka como compositor de la saga. Ahora tocará esperar a ver como enfocará la compañía futuros lanzamientos. Shattered Memories me ha dejado muy buen sabor de boca y a pesar de sus carencias es un juego que recomiendo a cualquier seguidor.